Ledesma uno de los mejores Conjuntos Históricos de Salamanca

llaveEsta es la llave de Ledesma al tocarla se abrirán sus puertas

Ledesma, la antigua Bletisama,  donde  los vestigios más antiguos de un asentamiento regular en esta zona son aproximadamente del siglo VII a.C.: el Cerro de San Martín, la parte más alta del Casco Histórico, cobija bajo el hormigón los restos de un posible castro vettón junto con varias de sus viviendas. Se trataba de una sociedad comunitaria basada en la recolección, la ganadería y la guerra. De esta época se cree que  es su nombre original, Bletisama, ‘la llana en un alto’ en la lengua prerromana, pero ciertamente no se conoce con exactitud. De esta época procede el Menhir  situado en el mirador Amigos de Ledesma junto al puente nuevo, aunque también se dice que podría ser un miliario romano.

De la I Edad del Hierro se conserva el famoso VerracoEste tipo de figuras podían serverraco-lateral utilizadas para delimitar los territorios y servir como protección al ganado advirtiendo que no era un rebaño salvaje. En algunos documentos se reconocen hasta 4 de estas figuras (toros o verracos) situadas próximas al puente sobre el río Tormes, dando nombre a una de las puertas de la muralla (La puerta de los toros). Este fue encontrado durante las excavaciones realizas para la construcción del antiguo instituto (actual biblioteca y guardería) situado junto al castillo, colocándose junto a la antigua Puerta de San Pedro en 1956. Actualmente podemos verlo en los jardines de la Fortaleza

Tras esta época llega la romanización, y Ledesma queda incrustada dentro de Lusitania después de una ardua lucha entre las legiones romanas y las tropas y guerrillas lusitanas, sirva de ejemplo el caso de Viriato, pastor lusitano de procedencia entre Salamanca, Zamora y Cáceres. Es sobre esta época cuando Plutarco habla sobre los bletonenses, los habitantes de Bletisa (Ledesma), y nos narra cómo se les prohíbe que realicen sacrificios humanos y de caballos para firmar sus pactos y para adivinar el futuro.

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La época romana dejó testimonio de la ocupación de estas tierras situadas en la frontera norte la Hispania Ulterior. Algunos ejemplos son el Puente Mocho sobre la rivera de Cañedo o el puente de Peñaserracín sobre la Rivera de Fuentes Luengas, en la dehesa de Peñaserracín, que conservan la factura romana, aunque la mayor parte que se conserva es de épocas posteriores; también es de esta época el puente situado en el arroyo Merdero en su desembocadura al Tormes.  Vestigio de la romanización es también el mojón terminal incrustado en la pared nordeste de la iglesia de Santa María, cuya inscripción hace referencia a César Augusto y a Bletisa como posible denominación romana de la actual Ledesma; el cónsul Bleto quedó al cargo de la ciudad en el año 93 y le dio su nombre, que sucesivamente pasó por Bletisa, Letisma, Letesma, Ledesma.

La presencia musulmana se remonta al menos hasta el año 745, año en el que sufrieron martirio los clérigos Leonardo y Nicolás, instructores de Nicolasín, hijo del señor árabe de Ledesma, que fue bautizado y también martirizado, según narra la leyenda. La convivencia entre los nuevos y viejos pobladores debió ser amistosa, a pesar de los acontecimientos descritos, y todo parece indicar que los dominadores ocuparon la parte noble de la villa y los cristianos se situaron en las afueras. Fue una época de pujanza económica y bienestar.

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La repoblación definitiva de Ledesma llega con el rey Fernando II de León, que otorga el fuero en el año 1161. Inicia una época de esplendor de la villa cuyo distrito se sitúa entre los de Salamanca, Zamora y Ciudad Rodrigo. Es también ahora cuando se erige la muralla con grandes bloques de granito y varias puertas que refuerzan el foso natural del Tormes.

El medievo convierte a Ledesma en centro político y en punto estratégico para la comunicación entre los territorios del norte y este del reino de León, además de articular las relaciones de los núcleos circundantes; recordemos que aquí, al pie de de la villa, se entrecruzan 6 vías pecuarias, algunas utilizadas como calzadas, que son la Colada de Fermoselle, el Cordel de Almeida, el Cordel de Ciudad Rodrigo, la Vereda de Asmenal, la Vereda de Peñalvo y la Colada de Doñinos de Ledesma.

escudoEn el año 1462 el rey Enrique IV cede el dominio a su favorito Don Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, que se convierte en el primer conde de Ledesma, e impone su escudo a la villa (es una de las versiones, otras dicen que el escudo es anterior)que, desde ese momento y hasta la disolución del régimen señorial en el siglo XIX, pertenecerá a sus legítimos descendientes. El mercado del jueves convierte a la ciudad en un punto de intercambio. De esta forma surgen al sur y al oeste los arrabales de Santa Elena, San Pablo, del Mercado, San Jorge, las Huertas y las Ventas donde se instalan los nuevos labrantes, comerciantes y jornaleros que acuden a la villa y elevan su población.

El siglo XX ofrece un comportamiento negativo demográficamente desde 1900 hasta 1950.  En 1900 es cuando Ledesma alcanza su máximo poblacional con 3399 habitantes. A partir de este momento la absorción por parte de la capital salamantina en materias industriales resta protagonismo a Ledesma  y la sume en una fase de regresión socioeconómica, sólo frenada en los últimos años. En la actualidad está entrono a los 2000 habitantes.

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